Dios derrama en nosotros su amor y su gracia que nos hace capaces de amar

Por: Ermelinda y Franco Cidonelli (Alleanza di famiglie)

También este domingo el Padre quiere darnos con su Palabra algunas sugerencias preciosas para nuestra vida. En primer lugar, todavía vemos a Jesús siendo «provocado» por los «doctores de la ley».
También nosotros, quién sabe cuántas veces, somos «provocados» por los razonamientos, por las preguntas de quienes nos miran con sospecha y quieren hacernos caer o descubrirnos falaces o incoherentes en aquello que decimos. Jesús nos sugiere cómo vivir «las provocaciones».

Enojarnos, juzgar, quejarnos no sirve de nada, pero como Jesús aprendemos a aprovechar la oportunidad «para dar razón de la esperanza que hay en nosotros», y con dócilidad al Espíritu, que nos sugerirá qué cosas decir, podemos arrojar luz sobre dudas y preguntas provocativas.

Luego, con la respuesta de Jesús, somos iluminados sobre nuestra realidad de hijos creados desde el principio por el amor del Padre, a imagen del Padre y llamados desde el principio a amar como el Padre. Y en ese primer y mayor mandamiento nos explica casi dónde está, quizás, el problema si no logramos amarnos a nosotros mismos y amar con el amor del Padre. Sin ese primer mandamiento, es decir, sin el amor al Padre «con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente» no puede haber amor hacia el prójimo como hacia sí mismo. Y al esforzárnos y crecer cada día en este amor, Dios derrama en nosotros su amor y su gracia que nos hace capaces de amar al prójimo (cónyuge, hijos o cualquier prójimo). Es ese amor el que me hace amarme a mí mismo, porque me hace descubrir que soy amado por Dios con mis límites, y me hace amar al otro que tengo cerca, a pesar de sus límites, con todo mi ser y me enseña a ir más allá de toda dificultad para amar «a cada prójimo» como a mí mismo.

Entonces familias, comprometámonos a hacer más espacio para Dios en nuestra vida diaria, incluso entre las mil cosas por hacer. Comprometámonos a amar a Dios con todo nuestro corazón y nos descubriremos más capaces de amarnos y de amar, y viviremos mejor en la alegría, porque hechos para el amor, vivimos bien sólo en el amor.

Las palabras de Pablo a los tesalonicenses: «[…] su fe en Dios ha llegado a ser conocida […] en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no teníamos necesidad de decir nada», se pueden realizar en cada familia que, con su vida, anuncia a todos el amor de Dios.
Amén Aleluya.
(Traducido del original en italiano).

EVANGELIO
Mt 22, 34-40
𝘈𝘮𝘢𝘳á𝘴 𝘢𝘭 𝘚𝘦ñ𝘰𝘳, 𝘵𝘶 𝘋𝘪𝘰𝘴, 𝘺 𝘢 𝘵𝘶 𝘱𝘳ó𝘫𝘪𝘮𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘢 𝘵𝘪 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰.
✠ Del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?». Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas».
Palabra del Señor.

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