El otro es la mayor terapia del amor
Por: Daniela y Giuseppe Gulino (Alleanza di famiglie).
«Pero no debe ser así entre ustedes…». Esta frase es el corazón de este pasaje del Evangelio y habla del profundo deseo de Jesús, hacia sus discípulos, de mantenerse alejado de la mentalidad de este mundo. Mientras que aquellos que gobiernan señorean y dominan, la palabra «dominio» se transforma en «servicio» entre los seguidores de Jesús. El ser «servidor», para un cristiano, no es un camino que conduce a la aniquilación de la dignidad y de la personalidad, sino una fuente de paz y de alegría porque va al encuentro del otro enriqueciéndose a sí mismo.
El otro es la mayor terapia del amor. Los esposos, más que todos, están llamados a vivir y realizar este servicio gozoso y esta donación total y a hacer cada día experiencia de esta terapia indispensable.
Es de una belleza extraordinaria ver a un esposo que se entrega a su esposa y viceversa. No hay tareas relegadas a uno o al otro, sino una culminación esencial e indispensable de la vida de la pareja.
Para ti esposo, para ti esposa, amar y servir a Cristo es, ante todo, amar y servir a quien el Señor ha escogido para ti desde la eternidad, aquel a quien el Señor ha puesto a tu lado, dándote el mayor regalo; significa hacerse pequeño, significa anularse por ese amor, significa vivir con el único propósito de hacer feliz al otro. Recuerda también que el otro es un lugar santo, un lugar de la presencia de Dios y que hay que entrar de puntillas en su vida, hay que quitarse los zapatos antes de que podamos acercarnos, si vivimos todo esto seremos grandes a los ojos de Jesús, y con él haremos fecunda nuestra relación. No puede haber un poder que aplasta al otro sometiéndolo, sino que se le da desde abajo a su favor.
Jesús nos ha dado el ejemplo. Recordemos el lavado de pies, se inclina y lava los pies de aquellos que amaba intensamente, Dios se postra delante del hombre, delante de nosotros, y nos dice: «también ustedes hagan esto». Jesús es el modelo de toda relación conyugal.
Si el pecado, el orgullo, y la soberbia nos empujan a dominar al otro, el ejemplo de la mansedumbre, de la humildad de Cristo, que ha dado todo por nosotros, debe empujarnos a considerar al otro como un don y una manifestación de su inmenso amor por nosotros.
(Traducido del original en italiano).
EVANGELIO
El Hijo del hombre ha venido a dar la vida por la redención de todos.
✠ Del santo Evangelio según san Marcos 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte«. Él les dijo: «¿Qué es lo que desean?» Le respondieron: «Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria». Jesús les replicó: «No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?» Le respondieron: «Sí podemos». Y Jesús les dijo: «Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado». Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: «Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos».
Palabra del Señor.